Al
hablar de se té siempre nos imaginamos a una típica dama inglesa bebiendo
delicadamente de una tacita de porcelana o bien a una bella geisha sirviendo
ceremoniosamente un pocillo de esta infusión ancestral.
Podemos
afirmar, sin dudas, que en Japón la “ceremonia del té” ("chanoyu" en
japonés) es toda una tradición conectada con la cultura espiritual de la
nación. Japón es un país de arraigadas costumbres tradicionales y muy ceremonioso
para muchos de sus hábitos.
Japón
introduce el té alrededor del Siglo VIII, procedente de China, donde era
consumido allá por los años 25
a 220. Aunque en un principio el consumo de té estaba
reducido a un grupo minoritario de consumidores, la costumbre de beberlo rápidamente
se extendió entre el resto de la población, principalmente entre los sacerdotes
Zen y las clases más altas. Su consumo empezó a generalizarse llegando hasta
nuestros días.
La ceremonia normal del té consta de cuatro fases: 1)
una Comida ligera, llamada kaiseki; 2) el naka-dachi, o pausa intermedia; 3) el
goza-iri, que es la fase principal en la que se sirve un tipo de té espeso; y 4)
el usucha, fase final, en la que se sirve té claro.
La ceremonia completa dura unas cuatro horas, aunque
muchas veces se limita a la última fase o usucha, que dura alrededor de una
hora.
En
las
islas británicas, los cargamentos
de té hacia Inglaterra empezaron a partir del año 1650, cuando se introdujo junto con el café y el chocolate.
¿Pero de dónde surge la tan
famosa costumbre del “té de las cinco”? Se dice que su invención debemos atribuírsela a la duquesa de
Bedford, quien en un día común y corriente; a principios del siglo XIX, se
sintió desfallecer y ordenó que le sirvieran una taza de té con una ligera
colación antes de cenar. La bienaventurada idea sentó tan bien a la duquesa que
empezó a reunir a sus amigos para beber té a eso de las cinco de la tarde,
donde servía la bebida acompañada de pasteles y emparedados, popularizando así
el “Afternoon Tea”.
Normalmente,
en un “Afternoon Tea” clásico se sirve una tetera de té negro, normalmente de los tipos Earl Grey,
el aromatizado con bergamota, un Darjeeling o Ceylan, o una mezcla de tés
negros, acompañada con una jarrita de leche o unas rodajas de limón para
aromatizar el té.
El
buen té inglés suele servirse en tazas de porcelana translucida llamada bone chine. La
tetera más británica es la marrón abombada denominada brown betty y el gorro de ganchillo (para
algunos muy ridículo), con el que cubren a la tetera para que no se enfríe, se
llama tea cosy.
En los otros países del
mundo el té empezó a estar de moda cuando llego a ser un símbolo de status para
la aristocracia europea.
He
leído por ahí que en China los tés más populares son los verdes y los
aromatizados. En los hogares siempre se ofrece té a las visitas, y en los
restaurantes el té es lo primero y lo último que se sirve, antes de la comida y
como digestivo.
En
la India el té
es la bebida favorita de sus habitantes. A veces se sirve al estilo británico,
o también se hierve con agua, leche y especias. En los puestos callejeros se
vende té muy fuerte con mucho azúcar y leche. También es habitual ver servir té
en las estaciones o en los trenes.
Por su parte los egipcios son grandes bebedores de
té, amantes de la infusión fuerte, dulce y sin leche. En los cafés se sirve en
vasos sobre una bandeja, junto con un vaso de agua, azúcar, una cuchara y, a
veces, menta.
En Marruecos el té se sirve en vasos dispuestos en
bandejas de plata. En los hogares marroquíes el hombre es el encargado de
servir el té y lo hace desde una cierta altura para que la superficie de cada
vaso de té quede ligeramente espumosa.
También se bebe té en el Tibet, en Rusia, en Turquía,
en Irán y Afganistán, así como en los países sudamericanos (aunque en menor
medida).
Hoy
en día existen muchas variedades de ésta infusión, pero el té verde y el té
negro aún tienen el monopolio de gustos.
Y
seguramente ni se imaginaban que el té pudiera ser maridado con las comidas,
no? Aunque no lo crean es muy utilizado para acompañar diversos tipos de
preparaciones.
Los tés verdes japoneses se entienden con los
pescados, comidas fritas y dulces empalagosos. Los tés verdes chinos van muy
bien con fideos, vegetales hervidos o grillados, pescados, dulces suaves, frutas
frescas o postres suavemente cremosos.
Los tés azules son ideales para la pastelería. Los tés negros van bien con
quesos, carnes, fiambres, pastas, dulces, mermeladas y comidas especiadas. La
variedad puerh se entienden con las comidas especiadas, aceitosas o
grasosas y los hongos.
Les
dejamos un tip para preparar una perfecta infusión: cualquiera sea su variedad,
el té no debe ser preparado con el agua hirviendo. Lo ideal es
calentarla hasta algunos minutos antes de que empiece a ebullir.
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