miércoles, 24 de septiembre de 2014

HUMO LÍQUIDO




Hace unas semanas atrás, un cliente nos preguntó cómo utilizar el “humo líquido” para no terminar arruinando una comida o el alimento a preparar. Sabido es que resulta muy decepcionante que a nuestros comensales no les satisfaga lo que elaboramos con tanto esmero para agasajarlos o que debamos arrojar a la basura un corte de cualquier carne.

Ciertamente, algunos productos de sabor “ahumado” resultan muy intensos y hasta desagradables para el gusto de muchas personas.
Probablemente, las marcas que comercializan este producto posean diferente concentración e intensidad en cuanto a su sabor, aunque suponemos que los porcentajes deben estar bastante estandarizados.

Es importante saber que “el humo líquido” no es más que un aderezo. Es un resaltador de sabor y color que se usa principalmente en carnes y pescados.
Básicamente, se crea de maderas duras abrasadas a fuego lento en un entorno controlado. El humo que se desprende pasa por sistemas de enfriamiento que lo licúan y los filtros que se utilizan eliminan las resinas y los alquitranes cancerígenos.
Además de intensificar el sabor, el humo líquido puede alargar la vida de muchos alimentos actuando como un bactericida natural.

Como todo aderezo, la cantidad a usar va a depender del gusto de cada uno, como agregarle más o menos mostaza o kétchup a una comida.
Lo ideal es ir probando en agregar poca cantidad del producto e incrementarla hasta encontrar el punto de intensidad que más les guste.
Recomendamos usarlo de a gotas, aunque leímos por ahí que, dependiendo de la receta y la carne, se usarían unos 25cc.  de humo líquido por cada kilo de carne. Otra opción es dar una pincelada liviana a la carne por todos sus lados.
Quizás les pueda servir aplicarlo mezclado con otras cosas y no directamente sobre el corte de carne. Es decir, agregar unas gotas en alguna vinagreta, o como parte del aliño para el macerado de alguna carne roja o blanca (un pechito de cerdo, por ejemplo). También se podría saborizar un aceite, o añadir unas gotas al líquido de una conserva; una vez cocida y condimentada.
Como dijimos antes, lo mejor es ir probando hasta encontrar el punto que se adapte al gusto de cada uno.
Podríamos decir que el buen uso del humo líquido sería como utilizar un aceto reducido (no el vinagre o aceto común); del cual solo se emplean unas pocas gotas sobre la comida.

El humo líquido queda bien en conservas en aceite, salsas, quesos, snacks, carnes, pescados, salchichas, o vegetales asados al horno (berenjena, tomate, cebolla, pimiento) para ensaladas, rellenos o para acompañamientos, etc. Como se utiliza en pequeñas cantidades, un pequeño envase del producto tiene un muy buen rendimiento.

Una sugerencia: prueben darle sabor ahumado a un adobo (por ejemplo, un chimi churri), una salsa barbacoa, una mayonesa, etc., añadiendo unas poquísimas gotas del producto para lograr un óptimo sabor.
http://www.elementigourmet.com.ar/productos-prodotti/aderezos-condimenti/saborizante-de-humo-natural/



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