martes, 15 de abril de 2014

RAICES



RAICES
 
Con el drama de posguerra y el alma colmada de cicatrices, un grupo de calabreses se dirigió al puerto de Nápoles para iniciar su viaje transatlántico con dirección al puerto de Buenos Aires. Esta ciudad fue la que finalmente dio cobijo a sus esperanzas renovadas y antibiótico para el desarraigo.

Aquí se establecieron y comenzaron una nueva vida. Y junto a los bagajes que vinieron con ellos en el barco, llegó la impronta de una cultura que maneja con maestría la mixtura de simples ingredientes para lograr sublimes resultados.

Con recelo a rememorar penurias, nos aprendíamos por reiteración las historias de nuestra familia desde su nuevo génesis en las Américas, mientras los aromas de esas mixturas envolvían la interminable mesa de domingos donde todos teníamos cita para disfrutar de esos manjares provenientes del viejo continente.

La Nonna, con mágica sabiduría, era quién llevaba los máximos galones en esas ocasiones. Remachaba con su esfuerzo el mensaje implícito de la importancia de estar unidos y en familia, y la comida, era el mejor canal para que ese mensaje sea transmitido.

Para ello, hacía despliegue de toda su magia, colocándonos en estado de trance con la mejor salsa jamás igualada. Salsa que bañaba los platos de las más frescas pastas, cocidas en su punto justo, y que se multiplicaban al infinito alcanzando a alimentar a los comensales más inesperados arribados de imprevisto.

A ello le seguían las carnes estofadas cuyos secretos no han logrado develar los más reconocidos chefs. Y cómo si aún esto no fuera suficiente, el final iba acompañado por algún canoli, sfogliatelle, grispelle o turdilli.

Todo debidamente regado con vinos tintos que aclaraban las inacallables gargantas que integraban las mil y un conversaciones al unísono.

Con ansias esperábamos las reuniones familiares para disfrutar de esos platos caseros, preparados con manos diestras llenas de secretos a gritos con resultados irrepetibles.

Desde la Italia inmigrada, nos abrimos a los sabores del resto del mundo, siendo la piedra angular de lo que hacemos.



De seguro tus raíces tienen rasgos similares a estas. ¿Te animas a compartirlas? 
 
 
¡Salud!

 

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